A Marina le encantan las nubes de gomina. Se conforma con estas porque sabe que nunca llegará a las que sobrevuelan su cabeza, las del cielo.
Le encanta que la miren con cara extraña cuando saca de su mochila verde de corazones una nube y pide a cualquier chico mono un mechero para quemar la nube.
Por cada nube un chico mono. O por cada chico mono una nube. Quién sabe...
28 de marzo de 2010
18 de marzo de 2010
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